El proyecto consiste en la construcción de un comedor para la escuela infantil, cuyo objetivo es mejorar la situación de vulnerabilidad de la población rural de Natete y, en especial, para poder proporcionarles una comida al día a los niños y niñas de la zona.
El comedor se ubica en una de las salas de la escuela infantil hecha con botellas recicladas, que ya dispone de los muros construidos con botellas de agua de plástico PET, rellenas de arena, pero carece de cubierta superior, que es clave para proteger la sala y a sus beneficiarios de las inclemencias climatológicas.
En este momento, la escuela infantil cuenta con 50 alumnos, de los cuales 38 son niñas y 12 son niños. Los principales beneficiados son los niños y niñas de esta zona, que no desayunan en su casa. En la escuela infantil se les dará el desayuno, que consiste en una papilla enriquecida con leche, maní y a veces con huevos. La idea es disminuir la desnutrición y que se queden en la escuela para aprender. Al mismo tiempo, se trabajará con sus familias mediante formaciones e iniciativas locales para enseñarles a llevar una dieta lo más completa posible, formando principalmente a las mujeres, ya que son el eje fundamental de las familias y las que trabajan en el campo y en sus casas, además de dedicarse a la educación de sus hijos e hijas.
Nuestra contraparte, están llevando a cabo un proyecto integral en la zona de Natete, desde edades muy tempranas hasta su desarrollo profesional, garantizando los derechos fundamentales y creando oportunidades laborales a toda la población.
El objetivo principal de este proyecto es mejorar la nutrición y el rendimiento académico de las niñas en un colegio de Mozambique mediante la implementación de un comedor escolar. Buscando además los siguientes objetivos:
- Proveer una comida nutritiva diaria a todas las alumnas del colegio.
- Reducir el absentismo y la deserción escolar.
- Aliviar la carga económica de las familias de las alumnas.
- Promover la igualdad de género y el empoderamiento femenino a través de una mejor educación.
Nuestra contraparte está trabajando para abrir las mentes de estas mujeres que no saben hacer muchas actividades rutinarias, puesto que nadie se las ha enseñado. Por ese motivo, es necesario no solo una ayuda financiera, sino personas que les formen en diferentes ámbitos de la vida. Tanto nuestra contraparte como desde Ong Maná, consideramos que la educación es el camino para el cambio: abrir caminos lentos, pero seguros que puedan llevar a estas mujeres a vivir otra realidad, más humana, más digna.
Os dejamos también un video de nuestra contraparte explicando el proyecto.